JUAN SALVADOR GAVIOTA.
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Hablamos de voluntad, de transformación espirutual, de superación personal y de la manera en que;nos esforzamos; al punto de no dormir e incluso de entregar los sueños y las conquistas que hemos alcanzado en cuanto a ideales y hasta la misma libertad.
Se trata entonces de sublimar el alma, al estilo hindú, si quieres o como buda a quien respeto de todo corazón. Llegando a Jesús, entendemos de la mejor manera como superar incluso hasta a la misma muerte, en el momento de iniciar un camino hacia las virtudes y la excelencia, llenando el infinito con palabras de aliento y de espernza, de ilusión y de una paz que no se vé porque està por ensima de la carne, no se construye porque pertenece al espíritu divino que inspira Dios. Comprendemos con Jesús, que para alcanzar ese anhelado estado de paz, necesitamos continuar siendo niños. Trascender, entonces se hace sencillo. La inocencia arrulla y mima a la paz, le permite respirar y le alimenta con pensamientos nobles que inspiran eternidad.