¿RESPONSABILIDAD?

¡Qué mas da! en una sociedad atiborrada de defectos y de vicios. Un año más del que no sé si tiene pies o cabeza. Con una justicia que tiene en cuenta la forma de la letra pequeña pero no mira las facciones de quienes cumplen o incumplen normas y leyes.
¿Se ve siquiera un asomo de ternura ante las luces y los voladores? (La única ternura viene envuelta en las vendas de los niños quemados)

Qué se celebra y cómo se celebra realmente en esta época de novedades y buenas nuevas ¿La navidad? ¿la llegada de los reyes magos?

La natividad tendría que estás precedida por valores como la sinceridad y el respeto por la individualidad, alcanzados por la humanidad a punto de historia.

Comprender los alcances de la celebración navideña implica sencillez y experiencia, disponibilidad e inocencia.

Sencillez para comprender que se está inmerso en el milagro de la vida y se hace indispensable nuestra presencia ante este acontecimiento ya que somos los directamente responsables, los gestores y administradores de esta, en nombre del creador, Dios.

Experiencia, puesta al servicio del prójimo, de aquellos con quienes compartimos dichas y desengaños. A la vez, conciencia, alcanzada en un mundo activo que enseña y proporciona a los hombres la oportunidad de elegir el mejor de los caminos. De prójimo a prójimo, cumpliendo con el rol correspondiente.

Disponibilidad, ya que tenemos presencia viva en un solo lugar y en un mismo tiempo. Preparación dando lugar en nuestro habitual que hacer, al recogimiento en favor del desarrollo fraterno, a la admiración por todo aquello que representa el existir.

Inocencia, para ser motivo de felicidad y merecimiento ¿Quién desecha el ser admirado? El milagro de la vida, merece ser tenido en cuenta. En la inocencia habita la paz, principio de convivencia, de armonía y también claro está de tranquilidad personal.

Dotados como estamos, de un alma inmortal, disfrutemos de los frutos y alcances que en nuestra calidad humana poseemos, enarbolando la bandera de la vida, enalteciendo la benevolencia divina ya que estamos llamados a alcanzar la eternidad.

Los niños celebrando su niñez, los adultos (vale decirlo) reconociendo su adultez y los ancianos disfrutando su vejez. Todos a una en un mismo sentimiento, La navidad.

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