TÉCNICAS DE CREATIVIDAD EMPRESARIAL

CREATIVIDAD: LA TECNOLOGÍA DE LA INTELIGENCIA
¿Para qué sirve la creatividad?.
Lo primero es para facilitar la adaptación al cambio. No podemos aplicar soluciones anticuadas a problemas nuevos.
La vida demuestra continuamente que lo que era bueno hace unos años no es válido para el día de mañana. Debemos pues utilizar nuestra capacidad creadora para encontrar nuevas respuestas, soluciones más originales e ideas más innovadoras.
Las ideas surgen del conocimiento, pero el conocimiento por sí mismo no garantiza que las ideas afloren de forma útil para dar respuestas eficaces a los problemas. Todos conocemos personas que tienen un elevado nivel de conocimientos y que sin embargo carecen de creatividad. Sus conocimientos, por decirlo de alguna manera, permanecen estáticos en su cerebro, y son incapaces de ver los problemas desde distintas perspectivas, y por lo tanto son incapaces de encontrar soluciones a los mismos. Podemos decir que la clave del potencial creativo está menos en la acumulación de conocimientos y más en el modo en que estos se agitan en el cerebro, poniéndose finalmente en movimiento hacia un destino determinado (directividad) y con una fuerza apropiada (impulso).
El pensamiento creador requiere una actitud y un planteamiento capaz de despertar la curiosidad y lanzarse a la búsqueda de nuevas ideas que permitan elaborar nuevos conocimientos y poner en juego nuevas experiencias a partir de conocimientos existentes y de experiencias vividas. Esta perspectiva exige intentar diferentes caminos de aproximación a los problemas, muchos de las cuales resultarán ineficaces, pero que habrán sido útiles para romper los numerosos bloqueos mentales que nos imponemos continuamente a nosotros mismos.
La creatividad propone un cambio radical en el comportamiento de nuestras pautas de razonamiento: poner el inconsciente arriba inviertiendo el modo usual de ordenar el pensamiento. Atreverse a poner las ideas surgidas en el susconciente en lo más alto de la pirámide y dejar que pasen al orden consciente por simple "gravedad", lo cual resulta en un movimiento mucho más fácil de las mismas que si tratamos de que suban desde abajo hacia arriba manteniendo el pensamiento convencional arriba y el pensamiento creativo abajo. Hay que provocar que lo habitual sea inhabitual y que lo inhabitual sea habitual, y eso no es una cualidad innata de solo algunas personas. La creatividad se aprende, se practica, se desarrolla.
El desarrollo de la creatividad se sustenta en un conjunto de técnicas concretas que constituyen una verdadera "tecnología de la inteligencia" que permite predisponer la mente para aceptar el cambio y gestionarlo de forma eficiente.
Para muchas de nuestras actividades cotidianas los comportamientos rutinarios son muy útiles: para conducir un coche, para cruzar una calle, para lavarse los dientes o para prepararse el desayuno. Si en todas estas situaciones nos pusiéramos a pensar, cada mañana, acerca de por qué lo hacemos y qué formas diferentes habría de hacerlo, probablemente no llegaríamos a tiempo al trabajo. El seguir un modo premeditado de actuación permite sin duda ahorrar mucho tiempo y libera la mente para dedicarla a otros procesos que lo necesitan más. Sin embargo, en aquellas situaciones en las que el problema no es "gestionar la cotidianeidad" sino "gestionar el cambio", todos esos mecanismos conservadores tendentes a "pensar como siempre" producen trabas mentales que bloquean el pensamiento y lo confinan en el fondo de nuestro cerebro, impidiendo que se mueva.
De ahí que la creatividad proponga técnicas para invertir el orden de las cosas, poniendo el pensamiento creador por encima del pensamiento lógico, favoreciendo que las ideas fluyan "por su propio peso". La creatividad se constituye así en una capacidad aprendida que permite definir nuevas relaciones entre conceptos o hechos que antes resultaban aparentemente inconexos, de lo que resulta una nueva entidad de conocimiento.
La creatividad y la innovación son normalmente actividades complementarias, ya que la creatividad genera las bases para la innovación que, en su desarrollo, plantea dificultades que han de ser resueltas, de nuevo, con creatividad. La creatividad es producir y elaborar ideas, mientras que la innovación es la implantación real y útil de las mismas. No es posible concebir la innovación sin ideas creativas, ya que representan su punto de partida y los gestores empresariales tienen un papel fundamental en la estimulación de la creatividad como base para la innovación y del desarrollo tecnológico.
La innovación no significa siempre grandes cambios, sino que muchas veces se expresa en términos de pequeñas variaciones que siendo acumulativas terminan afectando al conjunto total de la concepción de la empresa. En el proceso de la creatividad en relación a la innovación empresarial e industrial, se presentan dos actores fundamentales que interactúan mutuamente:
· El individuo, capaz de generar nuevas ideas a partir de conocimientos y de su propia experiencia.
. El grupo en el que se integra el individuo y que le da cobertura y apoyo para el desarrollo de su actividad creadora o innovadora con unos fines concretos. La creatividad es un atributo del individuo, pero por lo general se desarrolla de modo más eficaz cuando se plantea en el seno de un grupo o equipo.
Por eso, la mayoría de las técnicas de creatividad se plantean y llevan a efecto en el marco de grupos de trabajo específicos, dentro de las empresas y otras organizaciones. Individuo y grupo, partes esenciales del proceso creativo El individuo, como entidad capaz de tomar datos externos, unirlos a la propia experiencia y generar nuevas soluciones a problemas concretos, es esencial en el proceso de la innovación empresarial y debe ser capaz de "pensar diferente", transmitir las nuevas ideas con claridad para su análisis y posterior validación o rechazo. Estas características, necesarias en el contexto empresarial, se pueden resumir en los siguientes puntos:
· Capacidad para la solución de problemas. En primer lugar, ha de ser capaz de detectarlos, por lo que ha de ser observador, inquisitivo, curioso y con cierta capacidad para la fantasía.
· Capacidad de asumir riesgos calculados. El desarrollo de nuevas ideas exige asumir el riesgo de que no sean eficientes y efectivas, por lo que es necesaria una cierta capacidad de asunción de riesgo.
· Capacidad de liderazgo. Es preciso que los generadores de nuevas ideas sean capaces de arrastrar al resto de la organización.
· Capacidad de comunicación. La persona innovadora en el contexto de la empresa ha de ser capaz de comunicarse con y de comunicar al resto de los componentes de la empresa tanto los problemas detectados como las soluciones que propone. La capacidad de comunicación debe ser bidireccional.
· Experiencia en el campo sobre el que trabaja. Las muchas ideas que surgen en la empresa y su entorno, hay que filtrarlas y más tarde asociarlas correctamente. Este proceso no se puede llevar a cabo sin un profundo conocimiento del campo de actividad.
· Motivación por el trabajo que desarrolla. Ha de estar interesado por los problemas que afectan a su organización y sentir la necesidad de resolverlos. Sin embargo, como se ha señalado más arriba, el pensamiento creador se desarrolla de forma mucho más eficiente cuando se provoca desde la acción en equipo.
Muchas de las técnicas más conocidas para el despertar de la creatividad se basan en el aprovechamiento que la mente de una persona puede hacer de una idea emitida por otro individuo, quien a su vez puede enriquecer más aun el proceso si la idea, reelaborada, "rebota" de nuevo en él.
La organización en el seno de la empresa de acciones constantes de promoción de la creatividad entre sus trabajadores, presupone de hecho una toma de posición en términos de una Nueva Cultura de entender las relaciones humanas entre sus profesionales y la participación de todos los trabajadores en el quehacer y en el futuro de la empresa. Dicha cultura toma en consideración el principio de que la creatividad es, hasta cierto punto, un proceso de prueba y error, y no es posible pretender que todas las ideas tengan un desarrollo de éxito o una utilidad inmediata. Eso requiere de parte de la dirección de la empresa una gran flexibilidad con las ideas infructuosas y una enorme fe en el proceso a medio y largo plazo, tanto más cuanto que muchas nuevas ideas parten de ideas anteriores, por lo que se precisa constantemente esa actitud abierta y flexible para aceptar soluciones anteriormente fallidas.


Creatividad empresarial como adaptación continua al mercado

Para que cualquier empresa, comercio, negocio o profesional no se quede obsoleto y mantenga su rentabilidad y por ende su competitividad en su segmento de mercado, debe estar continuamente adaptándose a la realidad. Pero hay que hacerlo de forma activa, y antes que la competencia ya que sino cuando queramos reaccionar puede que sea tarde, por ello es importante ir detectando oportunidades, cambios en el entorno, cambios en los mercados, etc., utilizando la creatividad como herramienta que nos permita detectar ideas.En definitiva es muy importante involucrar al personal de la empresa a participar en un proceso de generación de ideas que permita adaptarnos al entorno en el que se desenvuelve la empresa el cual esta siempre y cada vez más en constante movimiento. A continuación se describe un proceso de generación de ideas empresariales. Técnicas creativas: - Flexibilidad mental - Capacidad observación - Tolerancia al cambio - Pensamiento lateral- Brainstorming - Tormenta de ideas - Curiosidad Análisis personal: - circunstancias profesionales - experiencia laboral - conocimientos adquiridos - formación académica - circunstancias personales - aptitudes - habilidades - aficiones - viajes - hobbies - deportes
Manuel Trincado
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