"A VINO NUEVO ODRES NUEVOS"

RESPONSABILIDAD.




Uno de los comentarios que "normalmente" se escucha, proveniente de quienes han empezado su vida en la casa de una finca, es que estàn aburridos del campo.

No obstante, cuando se trata de observar el mundo, nos percatamos de que este es un todo; no existen por asì decirlo, un mundo rural y un mundo urbano. El decir "todo està allà" Conyeva a tener en cuenta la experiencia frente a la realidad, desde una perspectiva optica.

En mi caso particular, digamos que por acción divina, mi primer hogar fue una casa fiscal (hogar de los militares en sus batallones o bases estratégicas)

Es aquí, en donde podemos aclarar, entonces, que es el mismo hombre, quièn define sus espectativas, frente al mundo que se le presenta. Sigo sin entender porqué nos aburrimos del trinar de las aves y las preferimos al trinar entre ampollas y carreras en la ciudad. La paz que se respira mientras se realiza un trabajo de campo no tiene igual y, en últimas, lo que preocupa es llegar temprano al trabajo con el que podemos satisfacer el pan a nuestra familia.

En el presente año, vimos con desanimo como se alejaba la paz, sufrimos las consecuencias del alcoholismo social, desmayamos inconsolables al descubrir en nuestros líderes, un espíritu enfermo e intoxicado de materialismo, morimos desangrados frente a la delincuencia y por último quedamos en el lindel de la puerta, que cerrada al futuro, repite hasta romper el tìmpano que venimos y vivimos por y para la violencia.




Colombia, que bella eres, cuan caudalosos son tus rios e inigualable el colorido paisaje de todos los verdes. Que grande es tu historia.




¿Vendrà desde las aulas, escondido entre libros y cuadernos, la repitencia?




Es que, ¡la repitencia infatigable de hechos caóticos en respuesta a las sentidas necesidades del país, no puede ser soportada por un gobierno màs!




No se informa acaso, a la izquierda, sobre el trabajo que los del común (empleados de la misma tierra ocupada por todo el que se llame colombiano) estamos realizando.




¿No conocen los documentos que acredìtan los avances tecnològicos alcanzados para el desarrollo del campo?




¿Han tomado en consideraciòn los informes que año a año elaboramos sobre los logros alcanzados y su porcentaje, para hacer seguimiento al sueño de libertad político-económica que la académia planea?




Es absurdo que en el recuerdo de un paìs surcado por dos mares, educado hacia el trabajo digno, haya quedado sembrado, en la zona fantasma, condenado a revivir la muerte de Jorge Eliecer Gaitàn y el abandono del gobierno de turno de "Marquetalia", mientras países como Sur África logran limpiar su sangre enredada en las dunas de la arena y su guerra étnica de paso a la paz y a la libertad.




Me pregunto cuantos Mandela tiene Colombia.

En 1994 un estudiante de quinto de básica secundaria, decidió presentarse a la Fuerza Aerea colombiana para optar por una carrera militar en el área de la mecánica de aviación. Como era requisito y para la época había aprovado el cuarto de bachillerato, inició su proceso de aprendizaje, motivado por su padre, militar pensionado.




Pasaron tres meses, tiempo en el que debía ser enviado a la escuela de aviación de Madrid en el departamento de Cundinamarca, escuela en la que se preparan los "Tecnicos de aviación de la Fuerza aerea colombiana.




Pasaron cuatro, cinco nueve meses.




Una mañana, mientras la espera se apropiaba del tiempo, aquel muchacho desayunó con un tablazo, mientras un soldado (dragoniante) le acusaba creyendo que le había pisado una pintura fresca.




¡y se desató el fin!




La larga espera, la rabia producida por el abuso, el régimen impuesto, terminaron con los sueños del estudiante y le clausuraron en una piesa de cuatro por tres acusado de deserción.




Por fín había cambiado su uniforme de "reclutado" (recuerdan que se presentó libremente) sus compañeros no llevaban un esferográfico y un cuaderno (utiles de estudio) sino, un pico y una pala; no eran hijos de familia, que llevaran la frente en alto, buscando en las bibliotecas de la nación, el conocimiento que les convirtiera en héroes, eran delincuentes comunes, atrapados en las calles para que cumpliran con su deber ciudadano de prestar el servicio militar, y que como él habían sido condenados, muchos quiza, hijos únicos o padres de familia; con la mirada hacia el suelo y los ojos quebrados y resecos y su vida convertida en la decisión de un juez.




Solo la verdad, su conciencia limpia, la férrea voluntad con la que fué creciendo en el seno de su hogar desde la infancia, convirtieron a este jóven en un profesional de la educación y aún qué sus sueños de heroe se resumieron a la vida privada y a un corto vuelo en ultralijero, ni el abandono de la autoridad, ni el paisaje delincuencia por el que fué rodeado, ni el tiempo... ni la limitación del espacio le vencieron.




Mandela? Una historia más con un final inesperado.




VIVA LA LIBERTAD. VIVE TU LIBERTAD.

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